13 septiembre 2012

Lágrimas

La abuela peina con dulzura a su nieto mientras lo intenta tranquilizar para reducir su llanto: “tu madre te está mirando desde el cielo y va a estar contigo siempre, no llores mi vida, concéntrate, ¿verdad que la ves?”. Mientras lo dice, lágrimas incontenibles comienzan a surcar su rostro envejecido sin que ello le haga quebrar su voz en ningún momento. El niño sigue llorando, nada parece consolarlo, cierra con fuerza sus ojos y balbucea, desesperado, mientras incrementa su sollozo: “¡pues es que yo no la veo, yo quiero ver a mi mamá!”. Lágrimas como puños recorren su carita enrojecida. Tembloroso me meto en la habitación de al lado mientras sigo escuchando de lejos, como un susurro, la voz de la abuela intentando endulzar para su nieto el dolor que a ella misma le corroe las entrañas. Me quedo allí de pie, sin poder moverme, conteniendo casi la respiración. Sin nada que hacer. Sin nada que decir. Sólo intentando asimilar tanto dolor.

3 comentarios:

  1. Ufff... no sé qué ha pasado, pero te acompaño en el sentimiento. Me has trasladado tu dolor. Muchos besos.

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  2. A Amaia, y al mundo, lo que ha ocurrido es tan grande q el dolor atraviesa el corazón sin contemplaciones. Gracias a mi hermano Pepe q sabe trasladarlo a las palabras con magia, con esa destreza única, como la de mi cuñado Dani, que te hacen llo rar profundamente sabiendo que esas palabras traducen perfectamente un dolor probablemente universal y, sin duda, único.
    Car.

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