Esta semana se hizo público un manifiesto promovido por relevantes
personajes públicos de la sociedad española que defendía la necesidad de un
"gobierno del Cambio". Difundido por medios como El País lo firmaban, entre otros, Joaquín Estefanía,
Soledad Gallego, Juan Cruz, Jiménez Villarejo, Ana Belén, Víctor Manuel,
Serrat, Cristina Almeida o Ángel Gabilondo. A continuación trato de desentrañar
un texto inicialmente abtruso que termina mostrando las miserias de la que
muchos ya denominan Cultura de la Transición.
El 20 de diciembre pasado la ciudadanía española cumplió con su deber cívico
al elegir un nuevo Parlamento. El mensaje fue claro: queremos un cambio en las
políticas que se han venido practicando en los últimos años y la obligación de
los partidos es elegir un Gobierno que sea capaz de llevar a la práctica dicho
cambio. Partidos que representan a más del 70% de los ciudadanos son
partidarios de abrir una nueva etapa en la política de nuestro país.
Un clásico de estos apolillados manifiestos: comenzar con grandilocuencia y
tono afectado. ¿"Deber cívico"? ¿En serio? Primera apelación al orgullo huero del
lector progre para que baje la guardia y así poder colarle esa primera
afirmación, tan cierta como absurda en términos de democracia parlamentaria:
"partidos que representan a más del 70% de los ciudadanos quieren que se
abra una nueva etapa política en el país". Una advertencia, importante:
todo el manifiesto está escrito con esa calculada ambigüedad que suele usar la
Cultura de la Transición para manipular los afectos ideológicos de la sociedad
progresista española. Se evita nombrar hasta al final a partidos o a políticos para
conseguir (re)construir un imaginario social progresista en el que la clave sea
que el receptor se identifique con sentimientos superficiales y no ceda a la
tentación de una interpretación racional de la realidad. Traduzcamos esa
afirmación, pues: más del 70% de los ciudadanos no quieren que gobierne Rajoy
porque no han votado al PP. Pues claro. Es cierto. La mayoría de los votantes
españoles no votaron al PP el 20D. Pero no nos hagamos trampas al solitario.
También en 2011 una mayoría de españoles no quería que gobernase Rajoy (un 55%
de los votantes). Y en 2008 otra mayoría, un 56% de los votantes, tampoco quería
que gobernara Zapatero... ¿Pillamos la falacia? No les importa. Les da igual utilizar
un argumento tan inconsistente como éste para empezar a construir la realidad
que les interesa. No les perturba apropiarse tanto de los votos de toda la
izquierda que, por supuesto, no desea que gobierne Rajoy (ni que sus políticas
económicas se mantengan bajo un pátina estéticoprogre, por cierto) o, aun más
ridículo, contabilizar los votos de esos independentistas catalanes que no solo
no quieren que gobierne Rajoy, sino que no quieren gobierno alguno que
represente a España.
La voluntad democrática de los electores ha sido el configurar un Parlamento
plural en el que ningún partido goza de mayoría y, en consecuencia, sólo es
posible formar un gobierno en base a acuerdos entre diferentes fuerzas
políticas. La incapacidad de estas de lograr una investidura de cambio
supondría un grave fracaso, un desprestigio de la política y de los partidos, e
incluso un desprecio a la ciudadanía pues sería tanto como decirnos que nos
hemos equivocado al votar.
Atentos que estamos ante los cimientos de la perversión intelectual que este
maniqueo manifiesto pretende hacer pasar por reflexión honesta y comprometida. Se
otorga todo el crédito al votante anónimo para atacar con inusitada dureza a
unos partidos políticos incapaces de llegar a acuerdos para que España tenga un
Gobierno. ¿Por qué ese ataque visceral? ¿De verdad el desprestigio de la
política española es debido a que no se alcanzan esos acuerdos y no a su
servilismo y corrupción al servicio de los poderes financieros? Y, por cierto,
¿acuerdos? ¿Pero qué tipo de acuerdos? ¿Todo vale para llegar a esos acuerdos?
¿Deben traicionar los partidos el espíritu del voto de aquellos que los
apoyaron para así ayudar a la formación de un nuevo gobierno? ¿El que sea? ¿O el
que le interesa al sistema? Esas dudas se resolverán muy rápido. Los firmantes
del manifiesto está a punto de tener que enseñar sus cartas.
Las opciones en presencia no son infinitas:
Las opciones en presencia no son infinitas:
- Un acuerdo liderado por el PP, en cualquiera de sus formas, no supondría ningún cambio por cuanto significaría la continuidad de las políticas que han conducido a la actual situación y que son las que hay que cambiar.
- Tenemos tres partidos que abogan por el cambio y la reforma, dos de los cuales han suscrito un acuerdo que ha suscitado el apoyo de 131 diputados lo que, obviamente, no es suficiente para investir a un presidente del gobierno. No obstante, puede significar un inicio para sentar las bases de un programa de cambio que aborde los acuciantes problemas de los ciudadanos.
No
seré yo el que niegue que un gobierno liderado por el PP no es deseable para
ese 70% de votantes a los que apela el manifiesto, pero... ¿El problema es el PP
o sus políticas? Porque lo que va vislumbrándose a partir de lo que leemos es
que el problema de los que promueven este manifiesto es más estético que ideológico. ¿Por qué digo esto? Es el
momento de centrarnos en la tesis central del manifiesto. ¿Cuál es la
alternativa a ese "indeseable" gobierno del PP? De repente la
historia esa del "70% de los votantes" se esfuma y todo queda reducido
a tres partidos... Tres partidos sin nombre, por cierto. ¡Ay, qué misterio!
¿Quienes serán? Ya es mala suerte que, al contrario de lo que pasó con la clara
mención al PP, los promotores del manifiesto hayan olvidado especificar los
nombres de estos tres partidos. No pasa nada, tirémonos al vacío (modo ironía
on) y especulemos con que son el PSOE, Ciudadanos y Podemos. Hemos pasado del
70% de los votantes al 56,6 % de ellos pero
por qué ser honestos y dejarlo claro cuando siempre fue tan fácil manipular a
los biempensantes progres españoles. Total, qué más da. Ha llegado el momento. No se puede retrasar más. Toca mostrar al público el verdadero rostro de Dorian Gray: "dos
de los [partidos] han suscrito un acuerdo que ha suscitado el apoyo de 131
diputados [...] y puede significar un inicio para sentar las bases de un
programa de cambio que aborde los acuciantes problemas de los ciudadanos"...
¡Por fin! Lo sé, todo lector del manifiesto estaba a estas alturas inquieto, tenso, a la espera de la solución que aportarían tan insignes representantes de nuestra intelligentsia patria. ¿Y qué mejor que apostar por lo de siempre? ¿Por qué no apostar de nuevo por ese socialismo neoliberal, tan ampuloso en la retórica como inofensivo en lo económico? ¿Qué más da que hayan pasado de intentar hacer creer que defendían la posición del 70% de los votantes a proponer que se construya un Gobierno a partir de un acuerdo que tiene detrás menos del 40% de los votantes? Ellos son los intelectuales, amigo, y esos detalles son irrelevantes para mentes tan preclaras. El remedio a todos nuestros problemas era un acuerdo de ¿cambio social? liderado por el PSOE (vaya) apoyado por Ciudadanos (¿cómo?). Ese siempre fue el deseo (oculto) de los que se manifestaron en las plazas y participaron en las mareas: un socialismo inane disuelto en un neoliberalismo de rostro amable... ¿no?
¡Por fin! Lo sé, todo lector del manifiesto estaba a estas alturas inquieto, tenso, a la espera de la solución que aportarían tan insignes representantes de nuestra intelligentsia patria. ¿Y qué mejor que apostar por lo de siempre? ¿Por qué no apostar de nuevo por ese socialismo neoliberal, tan ampuloso en la retórica como inofensivo en lo económico? ¿Qué más da que hayan pasado de intentar hacer creer que defendían la posición del 70% de los votantes a proponer que se construya un Gobierno a partir de un acuerdo que tiene detrás menos del 40% de los votantes? Ellos son los intelectuales, amigo, y esos detalles son irrelevantes para mentes tan preclaras. El remedio a todos nuestros problemas era un acuerdo de ¿cambio social? liderado por el PSOE (vaya) apoyado por Ciudadanos (¿cómo?). Ese siempre fue el deseo (oculto) de los que se manifestaron en las plazas y participaron en las mareas: un socialismo inane disuelto en un neoliberalismo de rostro amable... ¿no?
Sería una irresponsabilidad que en los próximos días no fuesen capaces de
lograr una mayoría suficiente que evite las elecciones y abra una nueva etapa
política en España. Por ello entendemos que el PSOE, Ciudadanos y Podemos
pueden y deben, mediante las oportunas negociaciones, complementar, mejorar o
ampliar un acuerdo con el fin de recabar el suficiente apoyo que haga posible
la investidura de un presidente del Gobierno. Lo que facilitaría que otras
fuerzas se sumasen a lo pactado.
Anda, pues al final sí que conocían los nombres de los partidos políticos a
los que se referían... ¿Por qué no les habrán puesto nombre cuando hablaban de
los acuerdos conseguidos que había que "complementar, mejorar o ampliar"?
Igual sería bueno empezar a traducir al lenguaje vulgar tanta pomposa
parafernalia retórica. Sería algo así: "el acuerdo del PSOE con Ciudadanos mola mucho,
joder, nos cargamos al PP y hacemos como que todo va a cambiar para que
finalmente nada cambie. Podemos lo que tiene que hacer es apoyarlo de un puta
vez...".
....
El manifiesto realmente acaba aquí. Todo lo que sigue, esos dos últimos
párrafos que se pueden leer pinchando en el enlace inicial, no son más que una
forma rastrera de volver al tipo de retórica insustancial, decadente y
pretendidamente desinteresada con la que se iniciaba texto. Una defensa vacía
de valores etéreos relacionados con la regeneración social y política. La última treta con la que intentar enmascarar la ya indisimulable
posición conservadora de una intelectualidad cuya triste connivencia con el
poder hace años que invalida sus intervenciones en la vida pública.
Pd: Puede que nuestra relevancia sea menor. Es indudable. Pero muchos hemos despertado y ya no volveremos a caer en idolatrías absurdas de intelectuales y famosos cuya fuerza, al final, resultó no estar basada en sus principios éticos sino en los poderes económicos que los promocionaban. Se equivocaron. Es su problema. Encontremos entre todos nuevos caminos.