Debo ser de los pocos que nunca supo quién narices mató a Laura Palmer, aunque la sensual e hipnótica música de la serie se introdujera en mi subsconciente allá por los 90, recordándome que me estaba perdiendo algo diferente
En pleno proceso de reivindicación de David Lynch, alejándome de mis propios prejuicios y adentrándome en uno de los universos más fértiles que ha dado el cine americano, os dejo con uno de los más grandes momentos que la televisión me ha dado. Albert le explica al sheriff Truman su "ideología"
Voy a echar mucho de menos al agente Cooper
En pleno proceso de reivindicación de David Lynch, alejándome de mis propios prejuicios y adentrándome en uno de los universos más fértiles que ha dado el cine americano, os dejo con uno de los más grandes momentos que la televisión me ha dado. Albert le explica al sheriff Truman su "ideología"
Voy a echar mucho de menos al agente Cooper
Fue todo un bombazo a la altura de Perdidos o aún mayor.
ResponderEliminarTan hipnótico, que ni recuerdo quien mató a Laura Palmer ni carajo lo que me importa.
Sólo se que Lynch me impresionó tanto que fuí corriendo a ver orejas por los suelos en Terciopelo Azul.
Y que la música y el pueblo y los bosques acuden a mi memoria y me ponen melancólico perdido.
- Sincarnet.
Curiosamente y con la excusa de un análisis sobre Perdidos, leía este fin de semana en Cahiers du Cinema (versión española), que Twin Peaks "vendría a ser el Ciudadano Kane de la televisión al destrozar la causalidad y entregarla en las llamas del subsconsciente"
ResponderEliminarMe parece muy acertada la comparación. No sólo por lo que apunta, sino también en el aspecto formal y en el grado de madurez y autoconciencia de las posiblidades que adquiere el medio televisivo para el desarrollo de propuestas propias(las resonancias de Twin Peaks en Expediente X son muy evidentes)