Hoy estoy fuera del circuito educativo. Me han echado, me han enseñado la puerta de la calle, me han apartado y dejo de ser profesor (de momento) por este año. He de agradecérselo al dúo dinámico madrileño, ése que componen Aguirre y Figar, que están dejando la educación en Madrid como un solar sin esperanza, arrasado, destruido. Y estoy tocado, es cierto. Cómo evitarlo cuando tantos chicos y chicas te despiden con el cariño, el respeto y la lealtad que me han mostrado. Ha sido especial por sorpresivo, lo reconozo. Tan poco tiempo. Sé que algo debo hacer bien cuando recibo todo lo que hoy he recibido. Es lo que me llevo. Tres meses, un trimestre, un pueblo de la sierra de Madrid. Jodido pero contento. Ha sido un placer. Hasta otra. Hasta siempre.
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