Comienzo esta historia con cierta aprensión y respeto. Recuerdo la primera vez que me decidí a escribir una especie de diario hace ya más de ocho años y como experimenté entonces una sensación parecida. Esa sensación de vértigo y duda ante los motivos que me llevaron entonces a hacerlo es, en parte, parecida a la que hoy siento al empezar esta aventura, pero no es la misma. Los nuevos motivos difieren de aquéllos y el punto de exhibicionismo que supone esta idea de publicar en la red lo que pienso es algo que me preocupa, perturba y lo hace completamente diferente. Por otro lado el diario sirvió principalmente para contar y escribir sobre sentimientos y sensaciones personales que guardé para mí y, sólo ocasionalmente, derivó en una especie de semilla de lo que ahora quiero empezar a indagar aquí : la posibilidad de reflexionar, escribiendo, sobre aquello que me ocupa y me preocupa, aquello que hace que me considere y sienta quien soy, tan alejado de asfixiantes, simplistas y algo patéticas clasificaciones basadas en el trabajo, la edad, los estudios o incluso la afiliación política o religiosa que todos solemos hacer sobre los demás para así, tranquilos, una vez parametrizado al enemigo, poder continuar viviendo en nuestras profundas y bien cavadas trincheras personales, con nuestros hologramas sociales a pleno funcionamiento y sin sentir la necesidad de revisar en alguna ocasión si nuestros formas de vida diarias se asemejan en algo a aquellos que fueron alguna vez nuestros planteamientos vitales y que incluso (ciegamente conscientes) decimos que continúan siéndolos.
Reflexionar escribiendo y por tanto disfrutando sobre política, cine, literatura, actualidad o sobre aquello que me consuma o enerve por dentro. Sin más límites que mi propia pereza y desidia habitual. Con la esperanza de producir algo de forma más o menos continuada y que sirva para que cercanos, amigos y todo aquel que desee aporte discursos, discusiones e incluso consigamos entre algunos extrañas discursiones
Reflexionar escribiendo y por tanto disfrutando sobre política, cine, literatura, actualidad o sobre aquello que me consuma o enerve por dentro. Sin más límites que mi propia pereza y desidia habitual. Con la esperanza de producir algo de forma más o menos continuada y que sirva para que cercanos, amigos y todo aquel que desee aporte discursos, discusiones e incluso consigamos entre algunos extrañas discursiones
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