22 julio 2006

El origen

Sé que esta foto hará reír a más de uno. Pero es que está claro, si en Sicilia existía un pueblo llamado Corleone, origen de la mítica saga de El Padrino, Polancone no iba a ser menos y en mi periplo por Cantabria, paseando por los dominios de su marquesado, me encontré con este pueblo y no tuve más remedio que parar.

14 julio 2006

La realidad transformada

Hay que ser cínico. Hay que ser hijo de puta. Hay que estar más allá de la lógica y la coherencia. Tienen que haberse leído todos los panfletos conservadores de los últimos años y haber releído, tomando notas, 1984 de Orwell, para aprender cómo se debe desplegar la propaganda. Todo lo anterior, y no tener escrúpulos. Ninguno. Para poder decir sin que se les caiga la cara de vergüenza que lo que está pasando en Oriente Medio es "una ofensiva de Israel sobre el Líbano como respuesta a la provocación que supone el secuestro de dos soldados israelíes". Dicen ser periodistas, claro, aunque sólo sean siervos acomodados.

Por otro lado están los políticos. ¿Qué dicen nuestros dignos mandatarios europeos? (para qué gastar mis dedos escribiendo sobre la reacción diplomática de EEUU... Demasiado asco. Demasiado desprecio). Pues compugnidos y apenados hablan de "reacción desproporcionada"... Reacción desproporcionada... Impresionante. Ante Irán, amenaza de embargo, apoyo a las tesis estadounidenses, posición de fuerza y firmeza. Ante Israel... "Creemos que se trata de una reacción desproporcionada, estamos muy preocupados, hay que reconducir la situación".

No tengo ninguma simpatía por los fundamentalistas islámistas, ni por los estados islámicos. No respeto ninguno de los aspectos de su cultura que hacen que sus leyes, obviando la razón, se inspiren en una religión anticuada, misógina, vengativa y totalitaria. Una religión monoteísta que actúa como las demás. De la única manera que lo sabe hacer una religión cuando conquista el poder: de manera despótica. Me dirán que otro Islam es posible. Puede ser, pero el problema es que éste, el que ahora existe, también. Por supuesto que podría existir un Islam domesticado y no agresivo. Pero repito ése es una ilusión, y el otro es real, igual que sus consecuencias. Podría convertirse en algo semejante a lo que se ha visto por las calles de Valencia con los católicos, el pasado fin de semana. Los cristianos empezaron cantando como gilipollas delante de los leones en Roma. Después, cuando cataron el poder, se volvieron despiadados y miserables. Como sólo los iluminados pueden ser. Con el tiempo vuelven a cantar y a dormir con caras de gozo inexplicables, mientras esperan el show de su líder. A la espera y al acecho de retomar un poder que afotunadamente perdieron. Pero el auge de los gobiernos islamistas no se produjo espontáneamente. Y a día de hoy, tampoco sobreviven por sí solos (¿Que hacía nuestro rey abrazándose con el presidente de Arabia Saudí en el palco del mundial, un país que impide el voto de la mujer, restringe sus derechos y mata a los homosexuales?).

¿Buscamos una solución real al problema de los totalitarismos y creemos en algo que entendamos la mayoría como justicia? ¿O sólo nos llenamos la boca de buenas palabras, defendiendo las libertades y todo lo demás, siempre y cuando el que comete las tropelías no es de los nuestros o no tiene fuerza internacional? Los voceros conmigo que no cuenten. Los mamporreros tampoco. Los de ningún bando.

Volvemos pues a los medios de comunicación. Ésos que, tras tantas luchas para dominar los mercados quedan exhaustos para conseguir el objetivo que sus receptores queremos que cumplan: que informen sin más, sin juegos de palabras, sin dobles lenguajes. Corrompidos y acomodados... Ofensiva de Israel... Respuesta desproporcionada y condenable... ¿La respuesta de Hezbolá mandando misiles sobre la ciudad israelí de Haifa? Está claro, los terroristas atacan la ciudad con cohetes... Unos realizan ofensivas, los otros, los que se defienden, son terroristas. Para qué seguir leyendo. Nada importa. Ya está todo claro.

01 julio 2006

Barbarella. Recomendada por Maca

El engendro. Una experiencia fruto de mi perversión cinéfila. Posiblemente la peor película que recuerde haber visto jamás. Incluidos lo telefilms de A3 con hijos incestuosos, madres solteras y lesbianas inconfesas. No encuentro entre mis recuerdos de Nexus 6 nada parecido a las sensaciones de sopor y aburrimiento que esta aberrante bazofia con estética kitsch me despertó. Además, tuve que aguantarla estoicamente en soledad, puesto que Carol, que comenzó a verla conmigo, desistió absolutamente aburrida a los 45 minutos, abandonándome en silencio, sin que yo tuviera fuerzas para pedirle que no me dejara solo ante tal desastre, y haciendo caso omiso a la muda súplica que reflejaba mi mirada mientras contemplaba su huida. Cerró la puerta de la habitación tras de sí, y quedé allí solo, frente al televisor, persistiendo de manera enconada en terminar la película con la que cierro (momentáneamente) mi tetralogía del horror. Persistiendo ante el engendro.

Barbarella es una película que hacía años que quería ver por ser una de las primeras adaptaciones de cómic moderna y por lo que decían sobre lo rara y psicodélica que era. Por fin la conseguí a través de Maca (una amiga) a la que siempre recordaré por ser la transmisora de semejante espanto... :)

Está dirigida por Roger Vadim, más famoso por sus escarceos amorosos (estuvo liado con algunas de las mujeres más guapas y sensuales de los sesenta y setenta: Brigitte Bardot, Catherine Denueve, Jane Fonda...) que por sus aportaciones cinematográficas. Por otra parte el guión, basado en una novela y una serie de comics de los 60, esta perpetrado por ¡¡ocho!! guionistas. Me lo imagino, cada uno de ellos sustituía al anterior, que se daba de baja por la depresión que le causaba haber participado en semejante proyecto.

Lógicamente Barbarella no es una película que se tome en serio a sí misma. De lo que se trata es de mostrar el lado más sensual (y sexual) de Jane Fonda en su periplo viajero en busca de un científico, que ha inventado un "rayo positrónico" que puede alterar la paz que se ha alcanzado en un universo donde ya no hay guerras ni armas. Nuestra chica es la agente que el presidente de la República Terrestre envía para buscar a este científico, llamado Duran Duran (¿tomaron de este personaje su nombre, el famoso grupo de música?) y mientras lo busca, se desnuda con total facilidad, posa hasta cuando corre o es atada, como si estuviese siendo fotografiada para Playboy, viste hasta ocho modelitos diferentes diseñados por Rabanne (cada uno de ellos con menos tela que el anterior) y se folla a todo aquél con quien se tropieza. Los mejores momentos del filme son su polvo con una especie de ángel ciego que está cuadrado y es medio tonto, y su momento orgasmatrón, cuando destroza una máquina creada por el científico (que al final es malo y todos eso....Vamos que me importa tan poco el argumento como a los que escribieron el guión, y ni siquiera lo pienso describir) para matar a la peña a base de provocarles orgasmos continuos. Nuestra heroína disfruta tanto en semejante aparato de tortura y tiene tal capacidad de aguante que funde los circuitos de la máquina y se la carga. Al verlo (en el momento más divertido de la película), Duran Duran le espeta que si no le da vergüenza lo que ha hecho, que qué clase de mujer es...

Todo lo anterior contado con cierto ritmo y gracia, podría haber sido muy divertido, pero el problema es que Barbarella es la película más deshilachada que haya visto jamás. A su lado Aterriza como puedas es una película compacta, con una historia lineal. Avanza a base de escupitajos argumentales sin sentido, nada importa, la lógica no existe. Todo gira en torno a lo supuestamente atrevido que es hacer una película tan explícitamente sexual a finales de los 60. Pero como eso a día de hoy está superado, y la provocación ya no es tal (porque es una película más bien pacata bajo los cánones actuales) se descubre la tremenda vaciedad de lo que se cuenta. La sonrisa que uno trata de buscar en su interior recordando que está viendo una serie B pura, se congela antes de aparecer en la boca cuando no dejas de contemplar una y otra vez la cara de gilipollas de Jane Fonda, siempre posando y pretendiendo ser el súmmum de la sensualidad. Mientras tanto el sentido de la vista es agredido violentamente por unos horrorosos y estridentes decorados coloristas, y el del oído por una espantosa música sesentera. Definitivamente, la estética y los ideales pacifista-ecologistas hippies (además de lo que se fumaban) hicieron mucho daño en los cerebros de los creadores de películas de ciencia ficción de esta época (recordar Naves silenciosas).

En algunos foros se defiende esta película como una desinhibida muestra de comedia sensual muy divertida. Yo desde aquí no puedo más que asombrarme ante los gustos de la gente y sólo recomendar que si algún día se os ocurre divertiros viendo una película...¡¡No pongáis Barbarella!!