El cruel invierno de este año no da respiro. El fin de semana nos deja con la pequeña alegría de un Betis que por fin superó a su eterno rival. El dolor de garganta ataca ferozmente mi hogar, dejando a sus víctimas maltrechas, en pijama, y sin salir a la calle. Aisladas. Levantándose mañana tras mañana con un calcetín introducido en la boca. Veo The Wall y sus imágenes permanecen aún en mi memoria con fuerza inusitada, el dolor de la caída a los infiernos, el muro de contención que aísla a la estrella de la realidad. El muro que delimita la pesadilla totalitaria. Un muro parecido al que mi incomprensión del inglés construye alrededor de una película donde la música de Pink Floyd sirve de hilo conductor emocional, y sus letras resuenan en mis oídos sin encontrar la puerta de la interpretación en mi cerebro.
Aislados. Tras el muro.
El post sobre La clase, de nuevo, tendrá que esperar.
Aislados. Tras el muro.
El post sobre La clase, de nuevo, tendrá que esperar.
A mí me parece que es una obra maestra. Nunca entendí que los putos periódicos le pusieran dos estrellas en la crítica cuando la echaban por la tele, pero bueno, también se las ponían a Blade runner, de siempre; últimamente ya le ponen tres. Yo no me preocuparía mucho por el inglés; la historia, si tiene algo, que lo tiene y mucho, es que se entiende perfectamente.
ResponderEliminarLos dibujos de Scarfe, sobre todo los del juicio final, son deslumbrantes.
Juanma.
Hola! Para crear algo de polémica, he creado una entrada donde te contesto a un post que habías creado hace tiempo (como comentario quedaría demasiado largo).
ResponderEliminarHere it is:
Acerca del capitalismo y la incoherencia, entrada en El Orinal