A medida que pasa el tiempo y reflexiono más sobre la medida menos me gusta, más lamentable me parece, más chantajista y caciquil y desde luego, aunque bajo el foco de la teoría económica pueda explicarse como progresiva, menos moralmente progresista me parece. Como explica muy bien Carlos Mulas-Granados, autor del artículo, la medida se puede entender como progresiva porque, respecto al dinero contante y sonante que cada contribuyente desembolsó, los 400 euros suponen un mayor tanto por ciento para aquéllos que posean rentas más bajas que para aquéllos que las tengan más altas. Y además, intenta compensar la subida de la vida que han supuesto las grandes alzas en los precios de hidrocarburos e hipotecas. Perfecto. Y después de cobrar los 400 euros (ya sea por vía directa o mediante bajada de los impuestos), qué. ¿Qué va a pasar? ¿De qué sirven estas ayudas directas que tal cuál entran salen del bolsillo de los más pobres para tapar deudas y descubiertos, y que se convertirán en calderilla para alguna cena para los más ricos? Y sobre todo, ¿forman parte de algún plan a largo plazo, fundamentado, meditado, que favorezca a los contribuyentes netos de este país? ¿o es el chocolate del loro que sirve para satisfacer las demandas inmediatas de una clase media baja que ve como sus sueños de vivir por encima de las posibilidades de sus tristes sueldos se van al traste en cuanto la economía global se ha resfriado? ¿Y si enferma un poco más? ¿800? ¿Y de dónde saldrán?
El coste total del “invento” será de unos 5.000 millones de euros, una cuarta parte del superávit que dicen tiene el Estado este año. El planteamiento que debiera hacerse desde los sectores que se autodenominan progresistas del PSOE, es que como es posible que su gobierno se jacte de contar con superávit a costa de los impuestos de los contribuyentes, cuando hay enormes carencias, déficits y problemas en sectores sociales claves: educación, sanidad, servicios asistenciales, sector público de la vivienda, etc. Por poner sólo un ejemplo: el presupuesto para educación del Gobierno en el año 2008, en aquellos aspectos que no competen a las autonomías, es de sólo 2.831,33 millones de euros, poco más de la mitad del coste de la medida anunciada. O, siguiendo con la educación, el presupuesto educativo de
Es evidente, desde un óptica progresista, de izquierdas, o como demonios quiera llamarse, que ese dinero debiera servir, junto a los otros 15.000 millones del superávit, para vertebrar socialmente este país, para invertir en servicios básicos que no se queden en meras pagas directas (como el famoso cheque-bebe). Pagas éstas que no tienen en cuenta la situación social y económica de aquéllos que las reciben, que son de nula progresividad fiscal, y que en ningún caso forman parte de un plan específico conocido de ingresos directos, que sirva para luchar contra las injusticias sociales que genera nuestro sistema económico, y al que se podrían asemejar en su forma pero no en su ideología (como sería la discusión acerca de la viabilidad de una renta básica universal para todos los ciudadanos).
Ese superávit, invertido en uno solo de los campos señalados (educación, sanidad, vivienda...) serviría para impulsar definitivamente soluciones de largo recorrido que mejoraran la vida de todos los españoles. Pero claro, no serían medidas cuyos resultados se vieran a corto plazo. No servirían para ganar unas elecciones, no servirían para movilizar al electorado. Y esto es algo que un político, sea del signo que sea, no puede soportar. De esta forma Zapatero dispone con alegría del dinero de nuestros impuestos, cometiendo el peor error que un gestor y representante del pueblo puede cometer: utilizarlo alegremente para perpetuarse en el poder, para chantajear a los votantes, revisando y renovando los viejos métodos caciquiles de compra del voto de manera torticera.
Sólo hay que fijarse en lo claro que lo tiene el autor del artículo, y lo que aconseja al Gobierno: "Sin embargo, es cierto que la medida podría haberse extendido a los autónomos. Aunque ellos tributan con un sistema distinto, sería bueno que el Gobierno considerara incluirlos de alguna forma en la rebaja fiscal, porque tienen rentas medias, han sufrido el alza de precios como los demás, y además son un importante conjunto de votantes"
¿Se puede decir con mayor claridad?