Una y otra vez me vuelve esta secuencia a la cabeza. Dirán que Keynes está superado. Puede ser. Pero John Ford nos regala en 1939 poco más de un minuto impagable que sirve a la perfección para ilustrar las consecuencias de una crisis que ya no es la del 29, pero que se le parece mucho para los que nada tuvieron que ver en su génesis.
Con una diferencia. El tío de los tirantes, una vez que se marche ese coche, puede ir a su casa y antes de que le corten la línea de teléfono y le embarguen la casa puede ocurrírsele investigar por internet.
Después igual no le bastaría solo con el rifle.
Jajaja muy bueno Pepe!
ResponderEliminarLo siento,Pepe, no puedo hacerte comentario alguno. Cada vez que veo la escena, las carcajadas me llenan los ojos de lágrimas y no veo la pantalla.
ResponderEliminarMátame por ello si quieres... (ni se te ocurra)
Ford forever.
Es que no tiene precio eso de "...vale, pero entonces, ¿a quién matamos"
ResponderEliminarEs buenísimo, Pepe. ¿De qué peli es?
ResponderEliminarEs de "Las uvas de la ira" (1939) de John Ford. Es una película estupenda, un tanto extraña para los que no conocen nada más que el Ford de los western puesto que sigue siendo uno de los mejores retratos (si no el mejor) de los efectos de la Crisis del 29. Sigue de plena vigencia.
ResponderEliminarUn abrazo