¿Cómo construir un post cuando no tengo nada que decir? ¿Por
qué escribirlo? ¿Cómo se narra la
rutina? Resetear, limpiar las entrañas de la maquinaria que nos conforma, es
tan difícil que, como la quimioterapia, te deja seco, sin nada, en fuera de
juego, destruye todo, lo bueno y lo malo, sin sufrimiento que transmitir pero
sin nada interesante que contar. Los días pasan, despacio, uno a uno, sintiendo
cada hora de cada uno de ellos, tan tranquilos que no parecen reales, no
recuerdo ya si en algún momento fueron así. Pequeñas sorpresas, grandes
rutinas, nivel de sufrimiento mantenido y soportable, Sevilla en la lejanía, tan
lejos, sin ganas de pasarme por ella, ni acercarme, tan sólo traerme a lo
fundamental que allí habita hasta aquí. Puro egoísmo. Es lo que toca. Es
curioso como la nada te invade cuando no tienes presión, Como en ese mundo de
Fantasía de Ende. Va apoderándose de uno, te atrapa, penetra en ti, la sientes
dentro, te inutiliza, destruye aspiraciones y ambiciones, te da igual, la
aceptas, vives con ella, casi la agradeces, siempre preferible al horror de la
inconsciencia donde los fantasmas campan a sus anchas provocando un dolor
insoportable. Las lecturas se hacen complicadas porque dispones de demasiado
tiempo para hacerlas, el cine pasea por el precipicio de la irrelevancia, las
series son un pasatiempo que te escupen a la cara su papel de entretenimiento inocuo. ¿Y entonces? Entonces sólo queda seguir, mantenerse, resistir. Atender
a los detalles, a los indicios, reconstruir el castillo de naipes que es
finalmente la vida de cada uno de nosotros, mezcla de ficción, esperanza y
deseo. Y esperar, seguir esperando, a la espera, a la espera de uno mismo. Sabiendo
que sigues por ahí.
Pepe, me parece que te voy a mandar a los niños unos días, y ..¡te aseguro que a las pocas horas estarás deseando volver a esa rutina jaja!
ResponderEliminarEspe
jeje... ahí, ahí, pastillas de realidad es lo que me hace falta... En fin, cada uno vive bajo su prisma y yo, afortunadamente, tengo tiempo ahora para tomármelo con (¿demasiada?) calma
ResponderEliminarLo mejor que puedes hacer es mirar unos dibujos nuevos en mi blog. No sé si son trascendentes o no, pero seguro que son sinceros, que no es poco. Un abrazo desde mi tiempo infinito, por ahora.
ResponderEliminarSiempre estoy atento a tu blog, Rubén y siempre me gusta lo que ahí expones ¿Más allá de las "torculaciones" veremos ese cómic completo algún día? En fin, te estamos preparando Fernando y yo una encerrona para el viernes 9. Espero que puedas venir a comer y tomar algo o que si no puedes sea porque ese tiempo infinito se ha convertido por fin en laboral. Un abrazo
ResponderEliminarSiempre es bueno saber que sigues (que seguís), por ahí, aunque uno no sea capaz de encontrarse, o disfrute de un tiempo infinito.
ResponderEliminarSe os sigue a través de los blogs y si no me he puesto antes en contacto es por mi pudor ante el dolor ajeno (que a veces he sentido como propio, Pepe, lo siento infinito) y porque algún hombre gris se está fumando todo mi tiempo, como en Momo.
Recibo noticias vuestras a través de las manifestaciones (Rafa y Pilar han sido fuentes en la última ocasión), que se han convertido en lugar de encuentro con compañeros y amigos de esa riada de institutos-gasolineras que vamos dejando por el camino.
Mantenedme al tanto de los planes del 9, pues intentaré sumarme aunque sea a las copas. Por cierto Pepe, en un aprieta esta tecla del "celular" (la tecla equivocada) borré sin querer parte de la agenda del móvil, y tu número se perdió en el limbo. (Para la próxima vez ya sé que cuando dice mezclar o sobreescribir no tengo que elegir sobreescribir).
Un abrazo
Un abrazo, Honorio, por supuesto también estabas dentro de la idea de la encerrona del viernes, pero finalmente parece que de nuevo no va a ser posible ponerla en marcha. Tiempo habrá.
ResponderEliminarEspero que andes trabajando y pronto nos vemos