Los ladridos ahuyentan siempre a los desconocidos. Y sería una pena. Porque sólo permitiendo que los perros te devoren, tolerando que mordisqueen con saña tu cuerpo de lector reclinado absurdamente en el sofá, concediendo a los perros que te despedacen sin pedir socorro, sin juzgar, podrás descubrir que la nueva novela de mi amigo-a pesar de ser cuñado Daniel Ruiz, editada con cariño y valentía por Dum Spiro, es un fresco social que, a medio camino entre lo onírico y lo descarnado, retrata una parte de los restos putrefactos de una sociedad siempre en descomposición, centrando su atención en la manufactura defectuosa de sus productos adolescentes, despojos abandonados a sí mismos, mucho más cerca de las moscas que retratara William Golding que de los dibujos amables de Enid Blyton, mostrándolos desde dentro, escuchando y dando voz a sus motivaciones, sus sentimientos, sus miedos, sin buscar culpables ni justificaciones tranquilizadoras, sólo siguiendo el camino de las baldosas amarillas. Aunque en este caso sólo conduzca al abismo.
22 marzo 2009
Perrera, de Daniel Ruiz
16 marzo 2009
Hasta cuándo
Hay opciones. Hay multitud de centros públicos a los que llevar a los hijos. Si a unos padres les obligan a llevarlos a un concertado pueden y deben exigir que en ellos se cumpla la ley. Tan sólo eso.
Sé que no es del todo justo cargar sobre los hombros de los padres la responsabilidad de defender la educación pública. Pero es increíble que sin pararse a pensar en las consecuencias que conlleva, metan a sus vástagos en centros concertados que pueden incluso estar absolutamente en contra de sus propias ideas, que ejercen la segregación social y practican de manera habitual el chantaje emocional a padres que si tuvieran a esos mismos hijos en un público estarían reclamando sus derechos de manera continua. Sólo por miedo, por mantenerlos alejados de los problemas que la televisión les cuenta que tienen los centros de titularidad pública, por la excusa del nivel académico (la mayor, la más increíble de las falacias argumentales) o para generar la ilusión de una diferencia social con los otros (eso sí, mientras la hipoteca ahoga).
El reportaje de Cuatro es sólo la punta del iceberg. Un ejemplo más de cómo la televisión podría ser un increíble y poderoso instrumento de denuncia pero que siempre, en todas las ocasiones, por la superficialidad en el tratamiento, la falta de pretensiones o de presupuesto, fracasa en su vertiente social.
Imaginad que se pudiera utilizar el presupuesto de un solo programa de La Noria (de esos en los que paga a delincuentes condenados como Roldán, Mario Conde o el antiguo alcalde de Marbella) en realizar una serie de reportajes de investigación sobre la educación en España. Ese podría ser el verdadero informe Pisa.
Son nueve minutos. Ahí estudian nuestros hijos. A salvo de contaminaciones.
Sé que no es del todo justo cargar sobre los hombros de los padres la responsabilidad de defender la educación pública. Pero es increíble que sin pararse a pensar en las consecuencias que conlleva, metan a sus vástagos en centros concertados que pueden incluso estar absolutamente en contra de sus propias ideas, que ejercen la segregación social y practican de manera habitual el chantaje emocional a padres que si tuvieran a esos mismos hijos en un público estarían reclamando sus derechos de manera continua. Sólo por miedo, por mantenerlos alejados de los problemas que la televisión les cuenta que tienen los centros de titularidad pública, por la excusa del nivel académico (la mayor, la más increíble de las falacias argumentales) o para generar la ilusión de una diferencia social con los otros (eso sí, mientras la hipoteca ahoga).
El reportaje de Cuatro es sólo la punta del iceberg. Un ejemplo más de cómo la televisión podría ser un increíble y poderoso instrumento de denuncia pero que siempre, en todas las ocasiones, por la superficialidad en el tratamiento, la falta de pretensiones o de presupuesto, fracasa en su vertiente social.
Imaginad que se pudiera utilizar el presupuesto de un solo programa de La Noria (de esos en los que paga a delincuentes condenados como Roldán, Mario Conde o el antiguo alcalde de Marbella) en realizar una serie de reportajes de investigación sobre la educación en España. Ese podría ser el verdadero informe Pisa.
Son nueve minutos. Ahí estudian nuestros hijos. A salvo de contaminaciones.
03 marzo 2009
Imbecilidades mediáticas 2
Hoy en Público, en su (generalmente) estimable sección de Ciencias, se descuelgan con la siguiente noticia.
...
Si uno continúa con la línea de razonamiento de semejante titular uno llega a la sorprendente y transgresora conclusión de que....¡¡¡los niños que no saben nadar se ahogan más!!!... Increíble...
Y tener que esperar hasta principios del siglo XXI para saberlo... Hay que ver lo que se hace de rogar la ciencia a la hora de dar respuestas a semejantes conflictos diarios. Menos mal que nuestros periodistas están al tanto de la ciencia puntera mundial para informarnos de avances tan relevantes como éstos.
Lo sé, lo sé, me pasa lo mismo, estáis nerviosos ante las nuevas cuestiones que explotan en nuestros cerebros ante semejante revelación, preguntas que tras este estudio el ser humano ya está en disposición de contestarse interrelacionando múltiples variables y disciplinas científicas:
...
Si uno continúa con la línea de razonamiento de semejante titular uno llega a la sorprendente y transgresora conclusión de que....¡¡¡los niños que no saben nadar se ahogan más!!!... Increíble...
Y tener que esperar hasta principios del siglo XXI para saberlo... Hay que ver lo que se hace de rogar la ciencia a la hora de dar respuestas a semejantes conflictos diarios. Menos mal que nuestros periodistas están al tanto de la ciencia puntera mundial para informarnos de avances tan relevantes como éstos.
Lo sé, lo sé, me pasa lo mismo, estáis nerviosos ante las nuevas cuestiones que explotan en nuestros cerebros ante semejante revelación, preguntas que tras este estudio el ser humano ya está en disposición de contestarse interrelacionando múltiples variables y disciplinas científicas:
- ¿Qué sucederá con un niño que no sabe nadar y que es abandonado en la mitad de un piscina olímpica?
- ¿Y con un niño que sabe nadar pero se le abandona en mitad del océano?
- Un niño al que un accidente dejó paralítico tras aprender a nadar, ¿tendrá más o menos posibilidades de salvarse que uno que no sabe manejarse en el líquido elemento si ambos son abandonados en esa misma piscina olímpica?
- ¿Afecta el hecho de no poder respirar en las muertes ocasionales de pacientes asmáticos?
- Si el corazón de un humano se para por completo, ¿hay posibilidad de que se muera?
- ¿Existe alguna relación entre la ceguera de un conductor de coche y los accidentes que pueda tener en carretera?
- Un suicida, ¿realmente quiere matarse?
En el antetítulo explican que se trata de un estudo insólito. Nada más lejos de la realidad.
Lo insólito es que un estudio idiota (y a lo peor interesado, ¿estará financiado por alguna escuela de natación?) salga reflejado en un periódico que pretende ser serio.
Me encanta el principio del ¿artículo?: Lo dice la ciencia...
Con dos cojones.
Pero, en fin, yo me he reído mucha esta mañana al leerlo.
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