Por aquel entonces, en 2002, todavía llevaba una especie de diario en
unos cuadernos de pastas azules. Esto lo escribí unos meses después de la
muerte de Mercedes, mi hermana.
"Hoy pusieron Titanic en la tele, la música de James
Horner, recuerdos que me asaltan, subconsciente encerrado que surge de lo profundo.
Casi dos meses desde que murió Mercedes. Lágrimas que no cayeron entonces
aparecen ahora en mis ojos. Es un martes cualquiera, son casi las dos de la
mañana. Hace dos meses, el 17 de julio, mi hermana Mercedes murió. Cayó después
de un penoso y sanguinario cáncer que en seis meses escasos la consumió. Murió
sin saber que se moría. Murió sin entender nada de lo que le sucedía. Murió
rodeada de una madre, hermanos y hermanas enlodazados por el dolor, la miseria
de la enfermedad y todo lo que rodea al cuidado de una enferma. Yo me enteré
en un autobús. Camino precisamente de Sevilla ante la inminencia de su final. No llegué a tiempo. Eran las 15:30 de ese 17 de julio [...].
Aquí intento reflejar la muerte de una hermana. El vacío que deja. Y la vida
que sin ella continúa inexorable. Este es mi homenaje a ti, mi Mercedes. A las
tardes de sábado de películas de aventuras, a tus sonrisas de niña grande
perdida en un mundo no hecho a tu medida, a tus historias, a tus proyectos de
trabajos. Con 34 años te fuiste con todo por delante y, a lo mejor, para
nosotros, desde fuera, con demasiado poco por detrás. Extraña vida la tuya. Tan
diferente a lo que exige la evolución natural de nuestro mundo de hoy. Ingenua,
con ese punto infantil. Te recuerdo, Mercedes, siempre entre tus libros,
siempre soñando con otros mundos a través de ellos. Esos libros que hoy, tristes,
ya echan de menos a su dueña, encerrados en cajas en el pudridero. Te recuerdo
[...] en ese cuartito sobrecargado de madera verde que tú misma diseñaste en la
casa [de nuestros padres], aguardando el momento de saltar a una vida que se te
negó (o que te negaste a ti misma).
Nada es igual, pero todo lo parece. Solo en ciertos días como el de hoy, en ciertos momentos, aparecen de la nada las ausencias. Y arrasan con todo. El resto del tiempo todo parece avanzar como siempre. Aunque es mentira, claro. Todo es diferente, como es diferente hablar en pasado de vosotros [...]"
Nada es igual, pero todo lo parece. Solo en ciertos días como el de hoy, en ciertos momentos, aparecen de la nada las ausencias. Y arrasan con todo. El resto del tiempo todo parece avanzar como siempre. Aunque es mentira, claro. Todo es diferente, como es diferente hablar en pasado de vosotros [...]"