"Se trata de viajar siempre que uno pueda, irse a dónde sea. Quedarse en casa es de tontos, de pobres. Sólo se queda uno en casa si no puede evitarlo. Da igual si existe motivación de algún tipo para ese viaje, si hay algo de real interés salvo el del mismo hecho de viajar. Y, por supuesto, después, contarlo a la vuelta. Mediante imágenes. Cientos a ser posible."
2. Siempre he pensado que resulta realmente útil interpretar el momento social a partir de "lo generacional". Por nacimiento, pertenezco a la generación X pero siempre preferí la alternativa que se acuñó en España durante la primera década del siglo XXI: generación mileurista. Definía perfectamente la hostia que se llevaron muchos cuando salieron de sus burbujas familiares y universitarias y el mercado laboral los recibió con entusiasmo, deseoso de mostrarles para qué los quería, deseoso de explotarles laboralmente al tiempo que los convertían en los gilipollas ideales a los que encasquetar hipotecas demenciales.
Ahora que los millennials empiezan a hacerse mayores y que la generación Z desprecia a todo el que tenga menos de 30 años llamándolo despectivamente boomer cuando intenta advertir a los jóvenes de su deriva adanista, resulta trascendente recordar (esto lo escribí en 2006) cómo mi generación asumió con docilidad el mundo que nuestros mayores nos habían construido
En 2 posts:
Mileuristas, la generación sin voz (1)
Mileuristas, la generación sin voz (2)
"Los mileuristas [...] no existen para nadie. Y sobre
todo no existen para ellos mismos. Como miembros de una tribu o secta se
reconocen entre ellos mediante el sentimentalismo, la nostalgia y la
televisión. Pero no forman grupos de presión ni de ideas. Tal vez su rasgo
distintivo en ese sentido sea su pasión por las ONG´s y lo políticamente
correcto."
"Asustados y molestos descubrieron que el mundo real no era el previsto en sus planes: no iban a ganar dinero rápido, no iban a mejorar las vidas de sus padres, no podrían cambiar el mundo, no se iban a poder independizar con rapidez porque no tenían ni siquiera desarrollados los instrumentos necesarios para valerse en soledad y encima la vivienda, gracias a la especulación de la generación de sus padres, se había convertido en un escollo inexpugnable."
3. Solo desde la inconsciencia adultescente uno publica este tipo de posts sobre "estética de cine" y cree que está escribiendo algo serio. Pero releo este texto, escrito en 2007, seguramente el más largo y trabajado de los 15 años del blog y, más allá de matices y afirmaciones que no haría con igual contundencia hoy, no me provoca bochorno alguno. Al contrario, rezuma mucho de mi amor al cine y mucho de lo que sigo defendiendo hoy día sobre cómo interpretarlo, disfrutarlo y valorarlo
En 5 posts (y cada película que menciono sigo pensando hoy que es extraordinaria):
Sobre la estética de cine. Orígenes. Lumière. Mèlies
Sobre la estética decine. Hawks. Expresionismo: Murnau. Ford
Sobre la estética de cine. Johnny Guitar y Alemania año cero. Nouvelle vague. Peckinpah. Scorsese
Sobre la estética de cine. Blade Runner. Dogma. Tarantino
Sobre la estética de cine. Kill Bill. Sin City y 300. Conclusiones
"El Gabinete del doctor Caligari es una de las experiencias estéticas más poderosas jamás realizadas en el cine. Durante 62 minutos la realidad como tal desaparece, siendo sustituida por nuestros miedos y pasiones más ocultas. Pensamientos y deseos subconscientes que son reflejados mediante unos decorados y una puesta en escena que trasladan intensamente la pulsiones de los personajes en una terrible historia de sexo, poder y locura"
4. Desde 2002 (cuando me vine a vivir a Madrid) y durante más de una década ver el fútbol en bares hizo que se fuera cimentando una extraña conexión con un grupo de desconocidos que solo se hacían carne cada sábado o domingo por la tarde en aquel bar (hoy ya cerrado) que hacía frontera entre La Latina y Lavapiés. Mientras yo disfrutaba de Zidane, Madrid me convertía en uno de los suyos. Ahora que disfruto del fútbol en casa con máxima calidad y televisión de 43 pulgadas, todavía siento un pellizco de nostalgia cuando paso por delante de aquel bar y rememoro los nervios antes de entrar, la tensión por encontrar un sitio adecuado para ver el partido, las conversaciones banales, la revista dominical que llevaba para evitar conversaciones en el descanso, el Aquarius de la primera parte y el White Label solo con hielo en vaso de tubo de la segunda...
En dos posts:
"Más de seis años viendo fútbol de manera periódica en este bar, sin amigos que perturben, dan para mucho. Sirve incluso para estudiar nuestro comportamiento social, cómo funcionamos en grupo e individualmente. Para generar complicidades extrañas con personas que por motivos diversos también acuden al bar en soledad a ver a su equipo, y con los que basta un saludo con la mirada o una palabra suelta para que poco a poco vayan convirtiéndose en personajes necesarios que interpretan su papel en el plató en el que se desarrolla este ritual semanal."
5. En el verano de
2012, cuando en España la crisis social, económica, política e institucional
llegaba a su punto más alto y mi familia se rompía en mil pedazos con el puto
cáncer que terminaría matando a mi hermana Mari, escribí este post. Tal vez es uno
de los que más satisfecho me siento. De manera ácida y dura pero de forma
(creo) lúcida, radiografiaba de nuevo a la generación mileurista exponiendo
nuestro fracaso, nuestra derrota vital.
Mileuristas, cuando éramos tan felices
"Éramos vistos con simpatía condescendiente por nuestros mayores y, aunque superficialmente rebeldes, seguimos dócilmente los caminos previamente abiertos por ellos, sin aportar casi nada propio, sin desenmascarar ninguna de las mentiras sobre las que se construyó la España democrática. Casi nadie se escapó fuera del redil. Recibíamos continuos elogios por nuestra formación pero eso, sospechosamente, no se iba traduciendo en una mejora de nuestras condiciones laborales."
"Ejercíamos de niñatos porque era lo que mejor sabíamos hacer y porque, en el fondo, nadie quería ni esperaba que hiciésemos otra cosa"
6. Y en ese mismo verano de 2012, el 9 de septiembre, fallecía mi hermana Mari por culpa de una leucemia que se la llevó en poco más de un mes. De aquel desastre sentimental rescato este post que me rompe cada vez que lo releo: su hijo de 6 años, mi sobrino Ale, lloraba exigiendo ver a su madre.
"El niño sigue llorando, nada parece consolarlo, cierra con fuerza sus ojos y balbucea desesperado, mientras incrementa su sollozo: “¡pues es que yo no la veo, yo quiero ver a mi mamá!”. Lágrimas como puños recorren su carita enrojecida."
7. Estamos en 2013 y en este post reivindicaba algo que me obsesiona desde siempre: la coherencia. Intentar que lo que se hace no se aleje mucho de lo que se dice defender que se debe hacer. Me provocan un enorme hastío el victimismo y la búsqueda de comprensión de los que intentan desligar su discurso social y político de las decisiones vitales que terminan definiendo realmente sus vidas (y las de sus hijos).
"No somos socialmente ni lo que pensamos ni lo que decimos pero sí terminamos siendo lo que hacemos."
8. Lo escribí en 2013 y no solo sigo pensando lo mismo que cuando lo publiqué sino que pienso que me quedé corto en lo que denunciaba: la exigencia de una formación continua, de una formación "para toda la vida" es uno de los grandes fraudes de nuestras vidas modernas. Desconfía siempre del que la defienda y del que pretenda normalizarla. Este es otro de los posts que he escrito que considero plenamente vigentes.
La cara oculta dela formación continua
"Más allá de una élite cultural y empresarial que cree haber encontrado la piedra filosofal en una formación continua cuya gestión detenta con mano de hierro, existe una enorme masa ciudadana desconcertada, desorientada, perpetuamente enganchada a una formación permanente que siempre parece que la forma para algo que ya se ha quedado inmediatamente anticuado o que hay inmediatamente que reciclar. Mediante más formación de pago, por supuesto."
"No podemos estar estudiando toda la vida con la soga al cuello, no podemos estar formándonos para siempre bajo presión, no podemos utilizar el escaso tiempo libre del que disponemos para seguir estudiando solo aquello que nos digan que resulta útil para posicionarnos en un mercado laboral que nunca parece tener espacio para todos."
9. Mientras leía sobre Keynes y Hayek, aparecía Enguita, el "experto" educativo, el de las hiperaulas a 100.000 euros (de dinero público) para defender en Twitter la selección privada de docentes (con dinero público). El post salió solo: el funcionario liberal, ese tipo.
El funcionario escindido: otro tonto útil
"Muchos de los que elaboran el discurso contra el Estado, de los que abogan por su reducción, de los que defienden la eliminación de funcionarios de bajo nivel y la pérdida de derechos laborales suelen pertenecer a una casta particular dentro de la función pública que, sintiéndose a salvo de los recortes y sabiéndose económicamente fuertes para soportar ciertas reducciones salariales (que compensan con jugosas prebendas paralelas del sector privado), construyen un discurso maniqueo desde sus castillos de cristal, ajenos a las necesidades reales de sus conciudadanos y a su sufrimiento, jugando a ser científicos a partir de principios económicos ideologizados."
10. En 2013 mi madre cumplía 70 años mientras se fraguaba la siguiente tormenta familiar. La que nos convertiría en un erial emocional. Pero aquí tocaba homenajear a una mujer, mi madre, realmente especial: una luchadora vitalista, una survivor, siempre dispuesta a sonreír y disfrutar de la vida a pesar de las hostias brutales que esta le iba propinando.
"Yo le debo todo. Nada tengo que echarle en cara.
Siempre fui capaz de comprender y controlar sus defectos. De entenderla.
Siempre supe cómo encontrarla, cómo provocar su risa. Cómo demostrarle mi
cariño. De pocas cosas me siento más orgulloso que de conseguir hacerla reír.
De conseguir que escape por un momento de una realidad encorsetada."
11. Nunca me he sentido cómodo con la nostalgia azucarada pero he aprendido a disfrutar de la memoria sin que ello me obligue a asumir esclavitudes relacionales. Este post habla de aquellos amigos, de mis amigos adolescentes, de aquella adolescencia que acabó tardíamente cuando me fui a Tenerife, ya con 22 años. Con este relato en primera persona de cuando fuimos futbolistas de aquel Cubata Mecánico que (casi) siempre perdía mientras mis amigos se convertían en inmortales en mi memoria, intentaba darles el homenaje que se merecen.
"Pocas veces se vio un equipo de fútbol en ninguna competición tan apasionado como el nuestro, tan emocional, tan comprometido y tan, tan, tan terriblemente malo. Joder, qué malos éramos. Desde un portero con miedo al balón hasta un tipo que se marcaba solo regateando siempre hacia la banda hasta cerrarse el espacio. Desde un mediocentro defensivo que poco barría hasta defensas hermanos con tendencias depresivas. Desde un tipo tan delgado que carecía de fuerza para proteger un balón hasta un delantero con ínfulas que tenía miedo a golpear con fuerza el balón."
12. Creo que nadie ha profundizado suficientemente en ello, pero la irrupción de Podemos fue trascendental para mi generación, la generación mileurista, y no se podrá construir nuestro relato generacional sin analizar lo que significó su nacimiento. No importa que hoy ni siquiera te permitas recordarlo pero, por fin, una ventana política se abría para una generación, la nuestra, destinada a la irrelevancia. Corría el año 2014.
La generación mileurista comienza a salir de la habitación oscura
"Los mileuristas [...] están, finalmente, dispuestos a presentar batalla política contra los viejos poderes y las castas corruptas justo cuando parecía que la historia se los tragaría y su papel político y social terminaría siendo irrelevante. Habrá que esperar para ver su evolución pero los zombis mileuristas parecen despertar de nuevo a la vida."
13. Estamos en 2017 y se cumplen 5 años de la muerte de mi hermana Mari. No recuerdo haber escrito de manera planificada un post más triste y más amargo que este. El blog seguía sirviendo para catalizar mis emociones.
"Compré de manera voluntaria el último pasaje
disponible para el tren del terror. Entré en una habitación en la que mi
hermana Mari, la decidida, la valiente, la vitalista, era ya puro hueso, un
pajarillo tembloroso con sus manos aferradas desesperadamente a las de sus
hermanas..."
14. Es una realidad. Jodida pero no por eso menos cierta: a través de sus altavoces mediáticos han conseguido que las huelgas (cualquier huelga) de los trabajadores se conviertan en el relato de los pobres ciudadanos que se ven afectados por sus consecuencias. El precariado ha asumido que no existe como colectivo laboral sin entender que eso lo incapacita para conseguir mejoras laborales para todos. Es la consecuencia más dolorosa del narcisismo aspiracional de tres generaciones (la X, la millennial y la Z)
La huelga, esa piedra en el zapato del precariado
"El precariado (sobre)vive en un infierno diario pero no aspira a cambiar el sistema sino a triunfar en él. Ese infierno aspiracional es el motor de un sistema laboral en el que se soporta la explotación y la humillación de empresarios indecentes en silencio, pero luego se reprocha la lucha de otros que solo pretenden no soportar o no alcanzar ese grado de sordidez laboral."
15. Somos de izquierdas, claro, con nuestras contradicciones pero intentando sobrevivir siendo medianamente coherentes. Tal vez por eso nos resultan tan cargantes esos arrogantes apocalípticos de salón, cuyos discursos extremistas nunca encuentran lógica correspondencia con sus vidas pijoprogres, dócilmente sometidas a convenciones sociales establecidas.
El apocalíptico integrado: una historia de la izquierda
"Incapaces ya de vislumbrar esa implosión capitalista que predijeran Marx o Rosa Luxemburgo, ahora prefieren especular con un próximo colapso climático, con una naturaleza implacable que vendrá remediar nuestra incapacidad revolucionaria, una naturaleza esquilmada que derrotará al capitalismo a través de una crisis ecológica que la arrogante ciencia humana no será capaz ya de contener."