Esta mañana en el post de Perlas boloñesas recibí un comentario que me invitaba a reflexionar sobre los porqués del deterioro educativo en Madrid. Rápidamente comprendí que el tema requería de mayor espacio para la reflexión, que no podía dejarlo en un simple comentario Entre otras ideas de valor Elba planteaba lo siguiente:
"...Intentaré concretar: me dirijo a ti para preguntarte, como profesor y persona implicada en la difusión de la cultura que pareces ser, si puedes explicarme por qué no se produce una oposición dentro del sector educativo hacia las continuas barbaridades que nos caen del cielo político. El que los padres veamos en un bilingüismo pobremente aplicado la esperanza de salvación ante todos los fantasmas que nos hacen ver en la educación pública me parece hasta lógico, porque no conocemos, no sabemos, y nos dejamos llevar fácilmente (y pido disculpas para quienes no lo vean así y no se consideren dentro de esta masa de incultos en la que yo nado), pero que ni siquiera los profesores digan ¡hasta aquí hemos llegado! no consigo entenderlo."
"... imponer el bilingüismo importido por profesores que no son bilingües, además de otras consideraciones que no incluyo por conseguir abreviar, me parece un error tan gravísimo, tan maquiavélico y tan obvio que no entiendo cómo no son los propios profesores los que se nieguen a hacerlo. Si un alumno medio de la ESO ahora mismo ya no entiende las instrucciones de la lavadora, ¿las va a entender si le explican geografía e historia en inglés?"
El problema que plantea Elba es fundamental en la situación actual de la educación pública de España (no sólo Madrid), un punto de inflexión, y espero que para después del verano tanto ella como el que quiera pueda disponer aquí de un artículo más largo analizando las posibles consecuencias de la implantación en nuestras aulas de este bilingüismo segregador, absurdamente elitista y nocivo para la formación en contenidos y para el dominio de la lengua española, que, unido a la nueva moda de educar en competencias (preparar trabajadores) reduciendo contenidos, permite vislumbrar un futuro nada halagüeño para una educación pública que tendrá que lidiar con todas la dificultades que traerán semejantes despropósitos.
Ni Francia, ni Alemania (por poner dos ejemplos de peso) plantean modelos tan radicales en el aprendizaje de los idiomas, y los modelos de enseñanza bilingüe funcionan en aquellos países donde su implantación es reflejo de un verdadero bilingüismo social (véase los países nórdicos), cosa que evidentemente no sucede en España. La astracanada es intentar crear un bilingüismo artificial desde la escuela en una sociedad en la que el inglés no se utiliza porque falta costumbre y necesidad. Y eso no va a cambiar de la noche a la mañana. Lo que sí va a pasar es que una o dos generaciones de españoles van ser objeto de un experimento cuyos resultados no han sido contrastados por ningún estudio serio y que la transversalidad social va a hacer de este modelo un elemento más de estratificación socioeconómica (¿los hijos de quién accederán a este modelo educativo?).
La implantación del bilingüismo en Madrid es una estrategia política (nunca un error aunque tal vez sí tenga algo de maquiavélico) que va a servir para desactivar completamente los mínimos intentos de contestación desde el ámbito educativo a la destrucción del tejido público educativo. Va a provocar recelos y disputas entre los propios profesores puesto que los que se adapten al modelo y se habiliten para impartir las materias en inglés (o para parecer que lo hacen) cobrarán más y darán clase a los mejores grupos en los que se convertirán en los mejores institutos, lo que unido al refuerzo (económico e institucional) que se ha hecho de la figura del director convirtiéndolo definitivamente en una marioneta de los poderes políticos permitirá que la poca energía que quede en los centros se gaste en reyertas (que preveo sangrientas) internas. De esta manera se dispondrá del margen de maniobra necesario para completar el proceso de privatización en el que anda embarcado el PP de Madrid (no estoy muy seguro por cierto, por informaciones que nos van llegando, que el PSOE hiciera algo muy distinto) desde hace muchos años. Convertir la educación en un negocio es una demanda (legítima o no, eso sería objeto de otra discusión) liberal para conseguir de esta manera reducir el gasto público trasladando parte de los costes (que en conjunto se aumentan mediante la introducción de banalidades en forma de extraescolares y demás bagatelas) al consumidor directo, unos padres que (dicho con todo el respeto) sirven de “tontos útiles” en toda esta historia, ya que a pesar de haber sido ellos mismos, en su gran mayoría, educados gratuitamente a través de los impuestos en escuelas públicas ahora, deseosos de demostrar el amor y la preocupación por sus hijos de la única manera que esta sociedad permite (es decir mediante el gasto y el consumo), e imbuidos de ese miedo visceral que se ha conseguido inocular a la población en esta sociedad decadente que demanda continuamente más seguridad aún a costa de asumir la pérdida de libertades y derechos, matriculan masiva y compulsivamente a sus hijos en la privada-concertada en busca no ya de una mejor calidad educativa (eso es lo que se dice, pero mi experiencia me demuestra que no suele ser el motivo real del abandono de la educación pública. Por otro lado todo el que conoce la educación sabe que no es una verdad objetiva que el nivel de formación que se ofrece en la privada-concertada sea superior al que ofrece la pública en condiciones similares) sino en un desesperado intento por conseguir que sus retoños no entren en contacto directo con problemas sociales a los que afortunadamente la pública intenta dar respuesta.
Respecto a lo que Elba comenta sobre los profesores está claro que evidencia una realidad constatable cada día en los institutos: su tremenda apatía política que afortunadamente no es siempre trasladable al ámbito profesional. A pesar de lo que se intenta transmitir a la sociedad mi experiencia en diferentes centros me lleva a concluir que el profesorado en general es gente que intenta cumplir con su labor de la forma más correcta posible, aunque en un tema tan sensible como la educación siempre se echa de menos más compromiso, más responsabilidad y menos quejas en un colectivo que tiende siempre a un victimismo exasperante. Pero la apatía política (que debe entenderse no en términos de adscripciones a partidos o sindicatos sino en términos de activismo social y preocupación por las consecuencias sociales de la labor desarrollada) es manifiesta, es brutal, y el silencio del profesorado ante los envites de la administración y el general desafecto e incluso desprecio de la sociedad es ensordecedor. A pequeña escala la actitud de este colectivo no es más que una muestra representativa de esa sociedad insolidaria y vacía que tan sólo se preocupa por su propio bienestar. Porque aquí es donde quería llegar, la responsabilidad de los profesores es importante, ellos deberían ser una luz que sirviera para ayudar a esclarecer los verdaderos problemas educativos que nunca son los que airea la prensa amarilla (en ella englobaríamos a 100% de la prensa generalista española) ni los que provocan los políticos. Pero no se nos puede olvidar que al final la educación publica es un servicio que nos ofrecemos a nosotros mismo a través del estado, y por tanto toda la sociedad como padres potenciales, padres con hijos en edad escolar o padres que lo fueron, deberían preocuparse y luchar en los conflictos planteados.
Al final en nuestra sociedad cada uno termina viviendo sus propias ficciones y los padres se dejan dominar por sus miedos y no por los datos objetivos que les dicen que la educación pública funciona tan bien (o tan mal) con la privada-concertada pero que al menos en ella sus hijos no van a estar en manos de profesores coartados por las directrices ideológicas de las empresas o cultos religiosos que controlan las segundas y restringen la esencia de la educación: la libertad para poder expresar ideas (algo que debería ser innegociable en democracia). Y para que quede claro lo que planteo, cómo los profesores han asumido a la perfección ser intrascendentes como colectivo y han decidido eludir la responsabilidad de defender aquello en lo que trabajan, es necesario conocer el altísimo porcentaje de profesores de la pública que llevan a sus hijos a la privada-concertada, defendiendo su elección (como no dudo que harán los que metan a sus hijos en los programas bilingües) con las mismas ideas peregrinas que el resto de la sociedad, pero poniendo de manifiesto una incoherencia laboral e ideológica de tal magnitud que al menos nos sirve para empezar a comprender la magnitud del problema y las razones ocultas por las que nada de lo que pasa provoca contestación de ningún tipo, y sólo una enorme desazón, soledad y rabia en los pocos que todavía pretendemos intentar pensar en una educación realmente pública y de cierta calidad
Antes que nada, quiero agradecerte enormemente la integridad y minuciosidad con que has contestado a mi pregunta. Creo que has tocado todos los palos, tantos que me acabas de dejar con una sensación muy similar a la que al final de tu artículo decías experimentar: con "una enorme desazón, soledad y rabia en los pocos que todavía pretendemos intentar pensar en una educación realmente pública y de cierta calidad".
ResponderEliminarY es que hay muchos de los puntos que tratas que me preocupan, pero en particular hay uno que me ha confirmado una idea que lleva madurando en mí desde que nació mi hija y me sumergí en esto de la educación desde un punto de vista completamente nuevo para mí: el de una madre que, como bien señalas, vive su propia ficción en la que ha de averiguar cuál es el mejor camino para conseguir que sus hijos tengan las mismas oportunidades que tuve yo para decidir (en la medida en que nos dejan) qué hacer con su vida y, como bien dices, disfruten de libertad para expresar sus ideas, sepan hacerlo y, lo que es más importante, consigan tenerlas y defenderlas con argumentos.
Eso es lo que busco yo en la educación (aparte de que me ayude un poquito a inculcarles también el amor por la cultura) y, con ese planteamiento, descarté un colegio privado y llegué al único colegio público que tenía plazas, uno que la Conserjería de Educación lleva cinco años terminando. Los problemas que hemos tenido con el colegio desde que tomé esa decisión han sido tan variados, graves y surrealistas, que ni intentaré contarlos, porque lo que quiero concluir sobre todo es que he tenido suficiente experiencia con la forma en que van poniendo parches para darnos lo mínimo que los padres podemos exigir legalmente que yo misma en mi soledad y mi ignorancia había llegado a la conclusión de que 1) a los políticos les interesa enormemente maltratar a la educación pública porque quieren quitársela de en medio y que sea privada-concertada y 2) el bilingüismo en la educación primaria es una artimaña de "Doña Esperanza" para mantener con la boca cerrada a los pocos padres que pudiéramos pensar que la educación pública tiene problemas más que nada porque los políticos no quieren solucionarlos y, si no existen (en mi pueblo no hay inmigración por ejemplo), se los inventan.
Aunque el colegio de mi hija no tiene aún el edificio de primaria terminado y hasta dan clase de gimnasia (¡3 horas!) en el aula de música, yo tengo que oír a Doña Esperanza decir que su gobierno invierte una barbaridad en educación, y para demostrarlo arroja el argumento de lo que le cuestan los colegios bilingües. Y por si acaso algún padre no se lo cree y tiene tiempo para protestar porque molesta un poco no saber si el año que viene nos traerán unos lindos barracones o nos pasarán a otro colegio, entonces nos tenemos que poner a pelear entre nosotros para decidir el horario de los profesores, que en mi opinión es otra maniobra de distracción más de la Consejería para desviar la atención, tanto de unos como de otros, de lo que realmente importa.
Y perdona que me enrolle con estas cosas personales que no vienen al caso más que para explicar cuál es la idea que me has terminado de confirmar y es que la introducción del bilingüismo también en los institutos, además de para seguir sirviendo como distracción para los padres que queremos que la educación sea pública porque nos gusta que nuestros hijos tengan profesores como tú (y acepta el cumplido porque es sincero), también les sirve a los políticos para distraer la atención de los pocos profesores que, según dices, puedan intentar pensar también por sí mismos y salir de su apatía y hacer algo para demostrar a la sociedad que este miedo que le están metiendo sobre lo que pasa en la educación pública es artificial y está provocado por los mismos lobos que luego se van a comer a los corderos. Por desgracia, parece que ambos hemos llegado a la misma conclusión desde puntos de partida diferentes.
...(continúo siendo yo Elba o Amelia; me he enrollado demasiado, no pasará más :)
ResponderEliminarY lo que más me cabrea es que encima de haberme convencido de este argumento, a ellos, a quienes lo usan para engatusar y despistar a los “tontos útiles”, les sirve además para conseguir sus votos (y de ahí lo maquiavélico de la idea) porque la mayoría de los padres que conozco preferirían que su hijo entrara en un instituto bilingüe; total, si para poner la lavadora, ya se inventará también algo electrónico (de ahí lo errónea). Desde luego, ellos, listos, sí que son.
Pero al seguir leyendo tu respuesta y si la he interpretado bien, creo que echas de menos que el resto de la sociedad y desde ella nosotros, los padres, hagamos algo para evitar el desastre. De por qué la sociedad en general no hace nada creo que sé la respuesta: nadie se plantea qué pasa en la educación en el período comprendido entre el momento en que terminas de ser estudiante y cuando te conviertes en padre y debes volver a clase pero ya desde el otro lado de la puerta. Al menos no se lo plantean quienes no tienen nada que ver con ella en ese período. Por qué no se lo plantean más seriamente escritores, filósofos, pintores, artistas y, en general, cualquiera que esté implicado de algún modo en la cultura también me preocupa a mí, porque me da la sensación de que la educación a la que vamos de cabeza va a crear una sociedad donde disfrutar de una obra de teatro será cosa de frikis.
Pero sí puedo analizar qué pasa entre los padres y tienes razón: nadie hace nada. La única reacción ante un problema puntual en el colegio (los más graves ya los tenemos asumidos y se han volatilizado en nuestro subconsciente) de alguna madre que conozco es pensar en sacar del colegio a sus hijos y llevárselos, como bien señalas, al concertado de turno. Incluso aunque sea del Opus, que es el remate total de estupidez, porque ahora, encima, Doña Esperanza ha puesto de moda conceder la explotación de los colegios concertados a organizaciones afines a esta cosa rara. Pero a nadie se le ocurre otra idea para exigir que mejore aquello que se puede mejorar y que hasta a los padres nos parece obvio (aunque no nos dejéis meter baza en el colegio, hay cosas que salen de las murallas y nos llegan). Y muchos no se plantean siquiera que puedan exigir nada o que ni siquiera haya algo que exigir. Pero es que ni yo misma sé qué hacer, que me preocupa tanto este tema que me hace pasarme la mañana del domingo buscando en Internet una isla como esta y la noche escribiendo esta larga carta que no debería serlo tanto.
Por desgracia, a diferencia de ti que sí tienes respuesta a la pregunta que te hice, yo no tengo respuesta a por qué pasa esto, porque la única razón por la que no hago nada es porque no sé cómo hacerlo. Es decir, después de encontrar tu blog y de leer tus opiniones, he llegado a la total convicción de que nada puede sino empeorar en lo que les espera a mis hijos dentro de la escuela, y tengo dos conclusiones: 1) que lo que terminen siendo tendrá que depender mucho más aún de lo que les enseñemos en casa y 2) que debería crear una plataforma para la defensa de la educación pública que aunara a profesores y a padres convencidos como tú y como yo de que aunque los políticos se empeñen en lo contrario, lo que hay ya hay que mantenerlo. Pero ¿es que esa plataforma no existe ya? Pues parece que sí, que se forman plataformas cuando en casos concretos hay muchos padres afectados por un mismo problema en lugares determinados. Pero ¿existe alguna de ámbito nacional? Divide y vencerás. Quienes puede que coincidiéramos en este objetivo estamos tan divididos en todos los ámbitos (geográfico, ideológico, cultural, social, etc.) que poco podemos hacer, ¿no te parece?
Un saludo y gracias por escucharme,
Amelia
(Elba es un alias que no sabía que se veía :)
Vale, pues ya sé qué voy a hacer. Porque ya la última gota ha sido que me he avergonzado al leer tu post sobre la huelga que hicisteis en 2008 para defender la educación.
ResponderEliminarNi yo ni ninguno de los padres de mi cole fuimos. Nos enteramos por las profes, pero son muy jóvenes y no nos contaron demasiado sobre qué iba la huelga, incluso a veces ellas mismas dan la sensación de que piensan que nuestros hijos aprenderían más en colegios concertados y privados, y ni nos lo planteamos.
Así que voy a hacer algo, poco, porque soy un pequeño grano de arena, pero así al menos lo habré intentado. Me gusta esto de los blogs, te da opción a pensar en alto y a conocer opiniones de otros que no son quienes te rodean. Hace unos meses creé uno y empecé hablando, cómo no, de educación, pero lo abandoné por mil razones. Así que lo retomaré e intentaré usarlo para explicar a los padres que busquen colegio y que busquen información en Internet lo que es realmente la educación, bueno, al menos lo que está siendo mi experiencia en ella desde que me metí en este lío.
Probablemente no servirá de mucho a muchos de ellos, pero hay cosas que se hacen por uno mismo.
Para empezar me asalta una duda (es que mi enfoque es un poco simplista). Me parece entender que opinas que los concertados tienen tanto éxito sobre todo porque los padres queremos alejar a nuestros hijos de los problemas que creemos que sufren los colegios donde hay muchos inmigrantes, hijos de familias desestructuradas, niños gitanos, etc. Bien, desde el punto de vista de una madre que no tiene ni idea de lo que pasa en un aula, a mí me asustaría que en la clase de mi hija hubiera mayoría de niños en estas circunstancias, pero creo que ya te hablé de que cuando estás fuera de las clases, lo que pasa dentro pertenece a un mundo inaccesible y misterioso. Y no hay peor enemigo para la razón que un ignorante que habla mucho y medianamente bien.
Por favor, ¿podrías explicarme lo que pasa realmente en una clase cuando se dan estas condiciones? ¿Cómo se arregla esta situación? ¿O es que en realidad no hace falta arreglarla? Porque yo misma he considerado todos los demás argumentos que alguien que no sea millonario puede darse así mismo para pagar por lo que se consigue gratuitamente y hasta estas nuevas generaciones de padres formados mayoritariamente en la educación pública había funcionado, pero ese matiz se me escapa.
(No hace falta que sea hoy ni mañana ni pasado, esto será una cosa a largo plazo; total, me quedan unos 15 años para volver otra vez a ser una madre apática que le importa una leche la educación en general).
Un saludo
Amelia (ex-Elba)
Si
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ResponderEliminarHola Amelia, siento el retraso pero la semana ha venido cargada de exámenes, correcciones y evaluaciones varias por lo que al llegar a casa a última hora de la tarde lo último que me apetecía era sentarme al ordenador
ResponderEliminarContestando a una de las preguntas que haces referida a cómo se hace desde dentro del aula para gestionar esos grupos que a veces se forman con demasiados niños con problemas, estoy seguro que en el fondo sabes (como todos) cómo se puede gestionar: mano izquierda, control del grupo, refuerzos (que muchas veces son completamente inútiles pero al tiempo son necesarios para intentar ayudar) y nunca perder de vista a los mejores alumnos para que su formación no se vea perjudicada por el hecho de lidiar en clase con los problemas descritos. Y desde mi punto de vista un ingrediente fundamental en la labor del profesor: el afecto. A estas edades nada hay más subversivo, ni más útil ni funciona mejor para desactivar las bombas emocionales en las que se han convertido algunos de los alumnos que tratarlos con afecto, respeto,sencillez, con normas claras y elementales para conseguir que ellos entiendan en todo momento que no se van a permitir faltas de respeto en las clases. Pero que por no aprobar, por ser un cero a la izquierda desde un punto de vista académico, ese alumno no deja de ser una persona que debe ser respetada, escuchada, tratada con cariño y por tanto aceptar que ese respeto conlleva unas obligaciones de las que no se puede evadir. Funciona. A mí hasta ahora siempre. Y seguro que terminaré encontrándome algún alumno que ya no sea controlable o sea más retorcido de la cuenta con el que sólo valdrá la mano dura. Pero no son tantos. Son muy pocos. Igual casi ninguno a estas edades.
El nivel en estos grupos más dramáticos puede descender algo pero nada que no sea recuperable en el curso siguiente. El nivel... esa gran mentira, esa enorme excusa educativa...
Es muy importante reseñar que estas situaciones suelen plantearse fundamentalmente en 1º y 2º de la ESO (te hablo de secundaria porque es mi campo) y que a partir de 3º las cosas se clarifican y se tranquilizan, puesto que a aquellos alumnos sin horizonte de titular la ESO se les va desviando a otras opciones educativas alternativas (siendo prueba fehaciente de nuestro fracaso educativo que haya un 30% de chavales en España que no titulan la ESO).
En Madrid (en otras zonas de España el factor rural provoca otras complicaciones) los problemas fundamentales son la integración de la inmigración y la atención a la diversidad (es decir la atención a alumnos con deficiencias psíquicas o físicas) a lo que se une ratios de alumnos por clase demasiado altas, la total desatención y desinterés por parte de muchos padres en la educación de sus hijos,la imposibilidad de otros padres de hacerlo aunque quieran debido a sus infernales horarios laborales, la falta de recursos y dotaciones de los centros y la falta de compromiso y la apatía (y la incapacidad, claro)de una parte del profesorado.
(Sigo)
Respecto a lo que puede interesarte los dos primeros factores suelen llevarse la palma respecto a los miedos paternos a la hora de matricular a los niños en la pública (y aunque no es tu caso, por lo que dices, no olvides la importancia de lo que te comentaba en el post respecto a cómo el hecho de pagar un plus por la educación de tus hijos está repercutiendo socialmente en una mejor valoración de la labor de los padres). En mis años de profesión (no muchos todavía) sólo he estado en un instituto donde realmente vi esos problemas planteados en el primer ciclo de la secundaria. Y desde luego eran importantes y preocupantes. Pero no dramáticos. Por supuesto habría que indicar que era el único centro público de la zona rodeado por seis o siete concertados y privados que suelen derivar, de mala manera e incumpliendo las leyes, a los alumnos más problemáticos a la pública.
ResponderEliminarEn estos casos parece que desgraciadamente llevar a los hijos a un centro público puede llegar a convertirse en un acto de militancia ideológica. Si se llega a tal caso la pública estará perdida. Ya habremos perdido. Pero he escrito "parece" porque en el fondo la realidad de la gran mayoría de los centros es de una normalidad total con episodios puntuales de acosos, peleas, insultos, faltas de respeto...¿¿Pero es que no fue así en los 80?? ¿Puede ser de otro modo cuando hay cientos de chicos y chicas con la adolescencia a flor de piel encerrados en un recinto durante seis horas cada día? La nostalgia mitifica el pasado y el problema es que la asepsia general quiere impedir que nada le pase a nuestros hijos, controlar todas las variables, que nunca sufran, que nunca se vean en complicaciones, que ninguno de sus amigos se drogue ni beba alcohol demasiado pronto, que no salga a la calle solo, que lleve siempre el móvil consigo por si le pasa algo, que no juegue en la calle por si le secuestran... Y los problemas no son más grandes que hace veinte años cuando nosotros estábamos en esos mismos centros y jugábamos horas en las calles son ningún control adulto (aunque por supuesto siempre vendrá alguien que conoce a "la hermana del cuñado de un amigo" cuya experiencia en un instituto público fue terrible porque...) El problema está en nosotros en los adultos y en la sociedad del miedo que hemos creado (también en la importancia de los hijos como proyecto vital, algo que en nuestros padres fue un hecho consustancial a la vida y lo llevaban con mucha más naturalidad)
Tal vez mi consejo sería vivir tranquilo el crecimiento educativo de los hijos en los centros manteniendo una relación estrecha con los tutores que para eso sirven, ser conscientes de que les van a pasar cosas, de que van a tener problemas y que eso no es malo si son capaces de sobrellevarlas con nuestra ayuda; no hacer dramas de los incidentes que les acaecerán y ser tremendamente combativos y radicales en la lucha por la mejora general de las condiciones en la que la educación de los chicos se desarrollará: centros bien dotados, profesores comprometidos, una buena formación académica y no fijarnos sólo en los errores de los demás. He visto ya varias veces como me vienen los padres a quejarse (con razón) de la labor de un profesor de los ocho o nueve que tiene su hijo sin querer comprender que profesores estúpidos e incompetentes los ha habido y los habrá siempre pero que no son tantos ni es imposible aprobar y aprender algo con ellos, y que cuando los chicos empiezan a madurar es cuando se dan cuenta de ello y gestionan su aprendizaje "sobreviviendo" a esos malos profesores. Todos lo hemos hecho. Que levante la mano quien no ha tenido algún profesor en su vida lamentable e incapaz. Pues eso.
Menos excusas, menos quejas, menos victimismo. Más compromiso. Por parte de todos.
De verdad, muchas gracias por contestar mis dudas (y soy totalmente consciente de que esto no es un teléfono, no espero que lo cojas enseguida :)
ResponderEliminarPero agradecería mucho poder charlar contigo de vez en cuando; me gusta tu espíritu crítico y la visión tan clara y objetiva que tienes de muchas cosas, pero sobre todo me interesa muchísimo tu punto de vista sobre la educación. En el colegio de mis hijos, hemos tenido miles de problemas y muchos padres nos hemos unido para hacer todo lo que hemos podido para exigir soluciones a la consejería, pero, a diferencia de ti, que criticas y alabas a unos y a otros por lo que hacen y no por lo que son, los profesores de mi colegio no nos han visto como que estuviéramos de su lado. Por eso tu punto de vista me es tan novedoso y útil. Y además, como te dije, quiero hacer algo, aunque no sé qué y todavía no sé cómo.
Me gusta escribir, pero no es suficiente; escriben periodistas, escriben sociólogos, escriben literatos, escriben profesores... muchos escriben para criticar lo que pasa pero pocos les escuchan. Yo escribiré también aunque solo me sirva a mí.
Y para empezar a tener otra actitud, voy a aprovechar que me han invitado a un acto en el Ateneo ("Por una vuelta al sentido común en la enseñanza"). Los "oradores" son: Xavier Massó Aguadé (vicepresidente de SPES), Felipe de Vicente Algueró (presidente de ANCABA), Honorio Vega Guillén (presidente de SPES (Federación Sindical de Profesores de Enseñanza Secundaria Pública Española) y Ricardo Moreno Castillo (catedrático de IES)
Según tu experiencia, ¿crees que sacaré algo en claro si asisto? Me atrevo a preguntarte porque veo que no tienes ningún problema en decir claramente lo que piensas y yo no tengo ni idea de por dónde empezar a hacer algo ni de quién es quién en ese acto (a parte de lo que puedas leer de ellos en Internet).
Llámame ingenua, pero mientras no compruebe por mí misma que no hay nada más que pueda hacer (y no me refiero a mis propios hijos, a esos ya les tengo "alienados", durante unos años valiosísimos, por el mero hecho de ser su madre para que se den cuenta de que les gusta leer y hasta aprender, que poco más creo que se pueda hacer en infantil y 2º de primaria), no voy a estarme quieta.
Un saludo y mil gracias, de verdad.
Pues lo del Ateneo no tiene mala pinta. Moreno Castillo se hizo bastante famoso hace unos años por su crítica severa a la excesiva intervención de los pedagogos en la educación, y su "Manifiesto antipedagógico" (que está en la red en PDF y editado también en libro) fue un auténtico best seller educativo y se ha convertido en una especie de biblia entre muchos profesores que no sabían cómo dar salida a su malestar ante las reformas hechas en España desde los 90. Yo creo que partiendo de unas bases argumentales sólidas Moreno Castillo describe con precisión mucho de los problemas que tiene la escuela hoy día, problemas que se han renovado últimamente a través del desarrollo de "las competencias frente a los contenidos" (alcanzando ya a la Universidad con el Plan Bolonia) y que derivan de un experimentalismo pedagógico huero y peligroso, pero termina patinando a la hora de encontrar soluciones y querer volver a una especie de pasado mitificado que no tiene en cuenta la cantidad de niños que se quedaban fuera de las aulas, incidiendo demasiado en el "derecho a no estudiar" de críos a edades demasiado tempranas, y defendiendo un autoritarismo en la relación profesor-alumno muy alejada de lo que yo entiendo que deber ser la autoridad que debemos tener en un aula.
ResponderEliminarLos de ANCABA representan a los catedráticos de bachillerato y hace poco han planteado una reforma de la ESO y Bachillerato con la que estoy fundamentalmente de acuerdo, pero no conozco a los ponentes individualmente.
Puede estar interesante si lo que escuchas (imagino, eso sí, que estará todo muy centrado en la ESO y Bachillerato) no lo tomas al pie de la letra, pues estoy seguro que partirán de la base de la existencia actual de una especie de apocalipsis educativo. A mí me han entrado ganas de escucharlos y como vivo cerca del ateneo intentaré ver si me dan alguna invitación.
Hola José,
ResponderEliminarpues al final no fui al Ateneo, porque yo propongo y mis mochuelos disponen. Uno de ellos es demasiado pequeño aún y, si no es uno es la otra, se suelen poner malos cuando tengo exámenes, mucho trabajo o invitaciones para ir a estas cosas. No vi tu mensaje a tiempo, porque podía haberle pedido una invitación al profesor para ti.
Yo leí su libro cuando empecé a buscar colegio para mis mochuelos y me pareció que tenía mucha razón en muchas cosas (y me acojonó nada más empezar, todo hay que decirlo), aunque me falta mucha perspectiva porque una gran parte de los profesores (al menos con los que yo me he encontrado todavía, que no son muchos y todos son de infantil y de primaria) ven a los padres como que estamos del otro lado y tienen que defenderse de nosotros, así que nos cuentan lo justito, aunque viendo cómo reaccionan muchos padres con cosas que pasan en el cole, les entiendo perfectamente. En fin, que me enrollo mucho. ¿Al final fuiste tú al Ateneo? Si fuiste, cuéntame, por favor.
Desde que encontré tu página, he estado mirando asociaciones, plataformas, reacciones, etc. que buscan defender la educación pública. Hay un montón, pero me da la sensación de que difícilmente se puede hacer nada por convencer a quien no quiere ser convencido. Quizás haya que esperar a que nuevas generaciones de alumnos educados con las directrices de "Doña Esperanza" en públicos y en concertados lleguen a la universidad para que los hechos hablen por sí mismos.
De todas formas, espero con mucho interés tu artículo sobre el bilingüismo. Creo que cuanta más información se difunda sobre este tema, en estos medios o en cualesquiera otros, mejor.
Por cierto, he visto tu mensaje en mi blog. Gracias, aunque me ha producido una sensación muy rara. Me encontraba muy agusto perdida en Internet; los motores de búsqueda aún no lo muestran pero supongo que si sigo escribiendo, algún día saldrá y otros me encontrarán. Así que tendré que mejorarlo sin falta.
Ciao
Hola José,
ResponderEliminarte dejo un vínculo a un manifiesto de profesores y sindicatos que pretende mejorar la educación en España. Supongo que ya contarás lo que te parecen sus puntos.
http://spes.org.es/index.php?module=noticias&func=display&sid=5
Un saludo
Lo conocía Amelia. De hecho lo presentaron en la conferencia del Ateneo que comentaste aquí y a la que al final asistí (fue el 10 de Abril).
ResponderEliminarEl manifiesto es claro y contundente. Y básicamente estoy de acuerdo con él. Como siempre el tono áspero de Moreno Castillo puede ser criticado, pero no el contenido en este caso.
El único problema que le veo (que siempre le veo a estos discursos) es la idea de "regresar a". No creo en la existencia de una "Arcadia educativa" en el pasado (esos 70 y 80 mitificados). Sí creo en recoger lo mejor de la educación de esos años, en deshacernos del "polvo pedagógico" que se adhiere pegajoso a nuestros ropajes legales desde hace 20 años, y en defender la idea de que es posible solucionar los problemas que tenemos y mejorar el rendimiento académico y la formación cultural de nuestros alumnos desde una educación exigente realmente pública.
La conferencia también sirvió para formalizar la creación de una federación de sindicatos (SPES)que agrupa distintas asociaciones de profesores de secundaria que tratan de plantear una alternativa a la inacción de los sindicatos mayoritarios. Si todo marcha según lo previsto en breve escribiré sobre ellos con nuevas noticias.
Un saludo